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Alfaro Vive Carajo (AVC), fue una organización ecuatoriana militar subversiva clasificada como terrorista[3][4][5][6][7][8][9][10] por el gobierno ecuatoriano durante la presidencia de León Febres Cordero, que existió entre los años 1983 y 1991, años donde realizaron diversas acciones armadas y actos delictivos en Ecuador,[11] de influencia colombiana (M-19) y nicaragüense (Revolución Sandinista).[12] El grupo se formó inicialmente en algún momento de la década de 1970, pero no estuvo activo militarmente durante los primeros años de su existencia.[13]
Una organización abiertamente izquierdista, pero no marxista, se identificaron con la coalición de Izquierda Democrática. El AVC recibió atención nacional por primera vez en 1983, cuando irrumpió en un museo y robó espadas que había utilizado el expresidente y líder de la Revolución liberal, Eloy Alfaro. Se pensaba que algunos de los líderes del grupo estaban afiliados a Cuba, Libia y Nicaragua, y el propio grupo estaba vinculado a grupos militantes de otros países latinoamericanos, como el M-19[14] y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, estableciendo un grupo de operaciones conjuntas llamado Batallón América con estos dos grupos. Entre 1986 y 1987, AVC llevó a cabo varios secuestros, robó bancos y una fábrica, se apoderó de varias estaciones de radio para difundir su manifiesto y mató a cuatro policías mientras recuperaba a un miembro del grupo de la custodia policial. En su apogeo, AVC llegó a tener entre 200 y 300 miembros.[15] El AVC no perpetró atentados contra la población o ataques a gran escala ya que según Santiago Kingman, el ideólogo principal de AVC "...toda bomba estallando sola, sin sentido... toda matanza de una persona desarmada era una estupidez".[16]
En respuesta a esta actividad, el gobierno comenzó a realizar redadas contra el grupo. El líder del grupo, Arturo Jarrin, murió durante un tiroteo con las fuerzas gubernamentales en octubre de 1986.[13] Para 1987, un gran número de líderes y miembros de la AVC habían sido asesinados o arrestados.[14] En 1989, el gobierno de Ecuador llegó a un acuerdo con AVC, y el grupo acordó poner fin a su violencia.[17] En 1991, el grupo se reformó oficialmente como partido político legítimo. Un año después, ocho miembros del grupo hicieron una entrada ilegal, pero no violenta a la embajada británica en Quito, exigiendo la liberación de un líder del grupo que luego fue encarcelado por el gobierno ecuatoriano.
Fueron responsables de varias acciones delictivas, asaltos a mano armada a bancos, robos, y secuestros; destacando el secuestro de Nahim Isaías Barquet, gerente general del banco Filanbanco, en septiembre de 1985, quien murió durante la intervención para su rescate realizada de la Unidad Antiterrorista de la Brigada de Fuerzas Especiales del Ejército Ecuatoriano, ordenada por el entonces presidente León Febres-Cordero.[18]
Debido a la muerte en 1986 de su líder, Arturo Jarrín, arrestos y la muerte de varios otros miembros en el mismo año resultado de las acciones efectuadas por las fuerzas de seguridad del Estado ecuatoriano, AVC perdió fuerza y quedó prácticamente eliminado[15][18][19] debido a una derrota operativa y militar.[20] De acuerdo al libro El remanente de AVC entregó sus armas formalmente en 1991. El saldo de la campaña de AVC entre 1983 y 1988 fue: 16 miembros de AVC, seis miembros del M-19, 14 policías muertos más de 20 heridos[3] y el banquero Nahim Isaías.[18][19][21]